Mediante la utilización de modelos es posible representar un sistema, resaltando los elementos componentes y las relaciones entre ellos, pero limitando la representación solo a aquellos componentes o relaciones que interesan al observador o que éste considera relevantes.
Hay que tener en cuenta que un modelo es un sistema en sí mismo, y que generalmente se caracteriza por poseer menos interrelaciones y elementos que el sistema que representa.
Existen varios tipos de modelos:
- el plano, o lay out, de una planta es un Modeloicónico[1].
- Los modelos analógicos son aquellos que explican las relaciones mediante la aplicación de lo conocido o con fenómenos comparables: el modelo de la resistencia eléctrica de Ohm se utiliza para los fenómenos de transporte de energía térmica, los economistas hablan de flujo de dinero, en analogía con un modelo hidráulico: taponamiento, drenaje de capitales, suba de nivel de tasas, etc.
- Los modelos matemáticos, son capaces de presentar mediante números abstractos todo lo ocurrido durante el mes en los ingresos y egresos de la siempre en cero cuenta de caja de ahorro (por otra parte la terminología “caja de ahorro” es un modelo analógico en sí misma).
- Los modelos simbólicos representan ciertas relaciones sistémicas mediante símbolos, como el que utilizan los químicos, que a un fenómeno tan complejo como la reacción de ionización de la sal gema en agua lo representan con
ClNa + H2O « Cl– + Na+ + HO– + H+,
Este mismo texto es uma colección de símbolos (letras) cada una de las cuales representa un sonido y que es diferente según la cultura. Un fonema chino, por ejemplo, puede parecer un dibujo para un occidental y viceversa
- Los modelos deterministas son aquellos en los cuales los componentes están relacionados entre sí por funciones conocidas y perfectamente predecibles.
- Los modelos estacionarios son los que describen sistemas y sus comportamientos independientemente de los fenómenos que ocurren en el inicio o en el fin de las relaciones (por ejemplo, el modelo de universo heliocéntrico describe a la tierra girando alrededor del sol, sin tener en cuenta el resto del universo ni lo que ocurrió cuando éste comenzó, su evolución – cómo llegó el sol a ese estado – y su futuro)
- Por último se mencionan los modelos dinámicos, que son aquellos cuyo propio comportamiento se modifica a medida que es utilizado como representación, ya que recibe y emite información desde y al sistema que representa a fin de adaptarse a la realidad. Generalmente se van resolviendo secuencialmente.
El uso de modelos simbólicos y matemáticos es el más difundido, pues se construyen con elementos baratos y simples de adaptar.
En cualquier caso, el modelo será una simplificación, por lo tanto contendrá solamente algunas variables y jamás todas (si las tuviera sería la realidad y no un modelo). Decidir que variables se usan y cuales se descartan implica el uso de hipótesis y de un modelo de control.
PASOS PARA FORMULAR UN MODELO
- Estudiar el problema, identificar las variables de control y las no controlables. Identificar los parámetros. Evitar los prejuicios.
- Tratar de expresar el problema matemáticamente. (Símbolos)
- Definir el campo de aplicación y tratar de aislarlo de las interacciones.
- Verificar si el problema tiene una solución y si el modelo puede usarse en otros problemas.
- Probar la solución: verificar el grado de descripción de la realidad.
- Ajustar el modelo y volver a empezar.
HIPÓTESIS
Una hipótesis puede caracterizarse como una solución provisional (tentativa) para un problema dado. El nivel de verdad que se le asigne a tal hipótesis dependerá de la medida en que los datos empíricos recogidos apoyen lo afirmado en la hipótesis. Esto es lo que se conoce como contraste o proceso de validación de la hipótesis. Este proceso puede realizarse de uno de dos modos: mediante confirmación o mediante verificación
MODELO DE CONTROL
Según Fayol, 1961, «el control consiste en asegurarse de que todo lo que ocurra esté de acuerdo con las reglas establecidas y las instrucciones dadas«. El Modelo de Control parte del estudio del entorno y el análisis de la estructura. Tal análisis permite establecer las amenazas y oportunidades que ofrece el entorno y también las debilidades y fortalezas. Luego, se está en condiciones de realizar un diagnóstico, de proponer soluciones, de analizar y mejorar los sistemas funcionales, planteando la situación actual, el objetivo deseado y como llegar a él. (Dianelys Nogueira Rivera – Universidad de Matanzas, Cuba.)